sábado, 9 de mayo de 2009

........DE OTRO MUNDO..............

Cuando al vuelo tu capote
pinta verónica al trote
del toro en el redondel,
parece la maestranza
una academia de danza
o un cortijo de Jerez.
Cuando la aguja del toro
pinta el traje grana y oro
como ensartando un clavel.
Y en tus brazos soñadores
alfileres de colores,
olé no le quieren coser.
Como mimbre canastero
se mece tu cuerpo entero
mientras pasa al burel
y el vuelo de tu muleta
es el verso de un poeta
que quiere al cielo beber
que el bronce de la escultura
del toro por la cintura
y tu muñeca un cincel.
Y en tus brazos soñadores…

QUE PESADOS........LOS PASOS

























































Si hay algo que me cogiera por sorpresa este año durante la Cuaresma, fue el por todos, o casi todos conocidos “pesajes” de la mayoría de los pasos...........
Dicen que la estadística es “la ciencia del engaño”, y no digo que nos hayan engañado con los datos vertidos al respecto, pero si que tengo mis reservas.......
Tras este “introito”, digo yo que aquí por sacar el paso más o menos pesado, se es mejor o peor. A cada uno lo suyo, y creo yo que tanta consideración y alabanzas deben tener las cuadrillas que realicen su trabajo debajo de un paso de los pesados como de los no pesados, aquí lo que hay que ver es el resultado del trabajo.
Haciendo referencia a los pesajes, digo yo que aquí lo que se debería de tener en cuenta también son las horas, calles, maneras del trabajo de cada cuadrilla, cualidades de la cuadrilla................. Yo creo que entonces otro gallo cantaría en los resultados vertidos.
De todos modos, es de agradecer todo este tipo de “estudios” para al menos tener un tema de diálogo en tertulias de verano......... y para no ser menos las fotos que os adjunto son para mi entender los que puedan ser más pesados........
Procedencia de las fotos:
http://www.sevillaenimagenes.blogspot.com/
y extraídas del foro cofrade, concretamente:
Dulce nombre: JavierB
Carretería:EcceHispalis
La O:Chiclanero

viernes, 8 de mayo de 2009

PARA REFLEXIONAR

Buenas, después de un tiempo sin escribir, y con las baterias cargadas de nuevo, os transcribo un artículo del periodista Carlos Navarro Antolín, el cual, al menos a mí así me ha ocurrido, nos hace reflexionar en la decadencia que entiendo está entrando nuestro mundo cofrade.

A continuación os lo pongo:


Madrugada, segundo aviso
Diario de Sevilla
Carlos Navarro Antolín
Domingo 19 de abril de 2009
Los informes policiales publica­dos por Diario de Sevilla revelan que hubo hechos de cierta grave­dad en el eje conformado por las calles Reyes Católicos y San Pa­blo y la Plaza de la Magdalena. Los nazarenos del Calvario, co­mo se aprecia en la fotografía pu­blicada sobre estas líneas, no mi­ran para atrás por cualquier moti­vo o causa sin importancia. No hay imagen que refleje mejor cu­an frágil es la Semana Santa. Los responsables de seguridad dicen que los sevillanos tienen que aprender a reaccionar ante "nue­vos fenómenos".
Resulta difícil de asimilar que uno vaya a ver co­fradías previendo que tendrá que calmar a las masas, hacer frente a reacciones histéricas o proteger un paso de un posible ataque de origen desconocido. Como tam­bién nos negaremos a calificar de éxito que tras las estampidas no haya restos de bolsos, teléfonos, zapatos o carteras, según la fría escala de medición que utilizan las fuerzas de seguridad para va­lorar el impacto de un tumulto.
Esta vez la cosa no fue a más por­que el operativo policial, con los altos mandos incluidos, se despla­zó rápida y eficazmente al lugar. Lo de este año ha sido una réplica de lo ocurrido en 2000, un aviso con­tra posibles relajaciones.
El Cecop, fundado tras aquellos desagrada­bles e inquietantes sucesos de hace nueve años, no es el manto mágico que blinda una criatura tan des­protegida como la Semana Santa. Urge cuidar a las bases, educar a los que se inician, enseñarles a ver una cofradía, a cruzar un cortejo sin ha­cerse notar demasiado y sin faltar­le el respeto o molestar a los naza­renos, a desplazarse de un rincón a otro entre bullas, a acompañar y arropar a las cofradías en sus regre­sos nocturnos. En definitiva, a pro­teger y mimar a la Semana Santa en general. Llegará el día en que la vulnerabilidad de la Madrugada se haga peligrosamente evidente en otras jornadas. Este nuevo síntoma de decadencia, que algunos pre­tendían que quedara en silencio y sin música de capilla, encaja direc­tamente con la teoría de la cuesta abajo de los símbolos.
Estos días, haciendo el balance propio de la semana de Pascua, le oímos decir a Manuel Grosso que la Semana Santa actual tiene ya muy poco que ver con su Semana Santa. Seguro que cientos de sevillanos se identi­fican con ese análisis. Peligroso sentimiento el que se experimenta cuando uno se siente cada vez más ajeno a una celebración. Cuando no se reconoce en ella. Cuando se pierde el sentido de la identidad.
Sigamos jugando a costaleros con una pata de jamón tras las barras de los bares, sigamos disfrazando de airgamboys a los músicos de los pasos de Cristo en una soldaditis galopante y reveladora del mal gusto imperante, sigamos metien­do un paso de palio en su capilla cerca de las cinco de la mañana, poniendo en riesgo el decoro que toda cofradía necesita; sigamos consintiendo que muchos nazare­nos de las presidencias sean modelos del mal vestir, sigamos ce­diendo respiraderos y cruces de guía a los escaparates comercia­les, sigamos viendo como normal que la carrera oficial sea un ester­colero cada noche, vertedero de las peores vergüenzas de la ciu­dad; sigamos utilizando las imágenes sagradas como el mejor fotocall para las entrevistas periodísticas de ciertos hermanos ma­yores que en sus puestos de traba­jo son Manolitos y en la herman­dad don Manuel por cuatro años; sigamos enriqueciendo las presidencias de los pasos con extraños y carnavalescos representantes de instituciones de todo pelaje (terrible lo que se vio el Miércoles Santo delante del Carmen); siga­mos ofreciendo ruedas de prensa sobre los asuntos internos de una cofradía en las sedes de clubes so­ciales; sigamos trincando miles y miles de euros de fondos públi­cos, hipotecando el nombre de la hermandad, dando lugar a un es­tado de anestesia generalizada y enterrando esa especie en extin­ción que era la romántica figura del soltador, aquel notable de la hermandad al que se agradecían sus aportaciones simplemente con una vara en la antepresidencia o una manigueta trasera; siga­mos repartiendo bonos de apar­camiento para los votantes de una determinada candidatura, repitiendo el modelo del bocadi­llo y bus gratis para los mítines de los partidos políticos; sigamos meciendo las copas de balón a las puertas del bar con el clergyman puesto las noches aguadas de Se­mana Santa; sigamos fomentan­do la cultura del tupperware en las casas de hermandad, conver­tidas a veces en la peor versión de los antiguos casinillos; sigamos enalteciendo y colocando pedes­tales a las cuadrillas de costaleros, que acaban actuando como grupos de presión e imponiendo la ley del costal, mancillando el honor de quienes ennoblecieron el oficio (va por ti, Enrique Hena­res), y sigamos convirtiendo las subidas y bajadas de las imáge­nes sagradas en ceremonias pú­blicas del amiguismo y del com­padreo, en una versión chabaca­na del yo te invito a la mía y tú in­vitas a mis padres a la tuya, cam­biando las imágenes sagradas como estampitas de futbolistas. La decadencia es interna (dada por el nivel cada vez más bajo de los dirigentes) y externa (moti­vada por la ausencia de educa­ción como nuevo valor univer­sal). La Madrugada ya ha dado dos avisos. Al tercero...